miércoles, 21 de marzo de 2012

Las aventuras de Marilú, la borde



Hoy en : 
“El comercial letal”



Doce de la mañana. Me encuentro en el salón mentalmente sumergida (y físicamente rodeada), por mis libros y apuntes de Arte Prehistórico a unos niveles de inmersión que ya no se si prenderles fuego o inventarlo, cuando soy cruelmente arrancada de mi agradable concentración...


¡¡¡¡¡¡¡¡TTTRRRRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINNNNNNNNGGGGGGGGGG!!!!!!!!!

- Marilú: ¡¡Cagüen rós, que susto!!... digo, Mierda, la puerta...


Me dirijo a abrir la puerta (cosa rara en mi), y me encuentro con un traje muy grande o con un hombrecito muy pequeño, tipo comercial de bolsillo. Y no es que el hombre en sí fuera bajito, es que según mi criterio de estatura, cualquier cosa que esté a la altura de mis ojos es que es pequeña, (lo vas a flipar, criatura; si me pongo de puntillas te miro desde arriba).
El caso es que como abrí la puerta con energía mosqueada, sonó algo así como un ruido de descompresión del aire en el recibidor y lo primero que hizo el hombrecito fue poner cara de susto durante un par de segundos en los que me dio tiempo a pensar si sería mudo... pero no. Se recompuso enseguida y empezó a hablar... vaya si empezó a hablar...


- Comercialito: ¡Hola!, Buenos días. Mira, soy comercial de Potafone que estamos hoy visitando este edificio para asegurarnos de activar las lineas que quedan por activar en esta comunidad para el nuevo “plan-tarifario-mega-ahorro-chachi-guay-con-tele-internet-telefono-y-telepatía incluida” que ha sido aprobado en...

- Marilú: Para, para, billy... ¿tu quién eres?

- Comercialito: eh... yo soy vuestro comercial de Potafone, que estoy haciendo las visitas en esta vuestra comunidad...

- Marilú: No digo qué, digo quién

- Comercialito: jajaja (leñe, viene con risas enlatadas de fábrica), pues mira, me llamo Miguel...

- Marilú: No, digo que quién eres tu para llamar a mi puerta

Momento curioso entonces. Supongo que para el comercialito mi cara dejó de parecerse al signo del dólar y comenzó a tomar una imagen más amenazadora, de hecho pude ver claramente como calculaba de memoria cuantos pasos le separaban de la puerta cortafuegos del descansillo. Supongo que en la formación de comerciales les enseñan a no perder nunca de vista las salidas de emergencia. Bien hecho.

- Comercialito: Vaya, te pillo en mal momento... es que mira, ya hemos hablado con el presidente de la comunidad y …

- Marilú: ¿Con quién?

- Comercialito: eh... con el presidente de la comunidad

- Marilú: lo dudo

- Comercialito: ¿Perdona?

- Marilú: Que lo dudo horrores, pero sigue, sigue, no te cortes...

- Comercialito: eh... pues eso, que ya se aprobó en junta que se va a pasar toda la comunidad a nuestro “plan-tarifario-mega-ahorro-chachi-guay-con-tele-internet-telefono-y-telepatía incluida”, y sólo quedais...

- Marilú: Mentira

- Comercialito: ¿Cómo?

- Marilú: Partiendo del hecho de que la mayoría de los que viven aquí tienen fibra óptica de telecable, y es potencialmente absurdo querer cambiar fibra óptica a linea de datos telefónica... vamos, que sería ir pa’ atras como los cangrejos... aparte de eso; lo que dices es mentira

- Comercialito: Perdona pero...

- Marilú: Las paredes de este edificio son de papel, llevo una hora oyéndote picar a todas las puertas del piso de abajo y como actriz te diré; memorizas bien, pero interpretas mu’ mal...

El comercialito se queda unos segundos algo pálido y leyendo disco duro, es obvio que
no tiene un procedimiento a seguir ante un cliente contestatario... me extraña... los españoles nunca hemos tenido mucha paciencia con los comerciales...

- Marilú: vamos a ver, tu lo que quieres es venderme Potafone, ¿no?

- Comercialito: (ve una piedra a la que agarrarse y se le enciende una chispita en los ojos) Ya... es que... te va salir más barato, mira, si me das una factura que tengas por ahí... (el muy inconsciente extiende con seguridad un dedo señalando hacia los cajones de mi aparador, lo que me hace parpadear no una, si no dos veces)

- Marilú: no tengo facturas, no me gustan (escudos de hielo activados)


El comercialito retira el dedo y da un paso atrás, no se si porque he sido brusca o porque se percata de que esta señalando hacia una espada Gladius de medio metro que tengo de adorno sobre el aparador. Entonces oímos un ruido; por la puerta cortafuegos entra mi vecina de al lado. Una señora majísima y muy agradable pero inquitantemente omnipresente. Es decir, ella está... esta al otro lado de la pared y esta al otro lado de la puerta... si salgo o si entro siempre está, ella está... supongo que todos tenemos una. 

Poco a poco una se va acostumbrando a ello como se acostumbra a no pegarse en la cabeza con el extintor del pasillo.


- Vecinica con bolsa: ¡Hombre! ¿qué tal?

- Marilú agradable y con sonrisa : Buenos días, muy bien ¿y usted?

- Vecinica con bolsa: ¿qué?  ¿vendiendo algo?

Veo con horror como el comercialito se dispone a huir de mi y de paso cambiar de presa comercial. 

Ah no, eso si que no, es una señora inquietantemente omnipresente pero es mi vecina. Soy una criatura territorial.

- Marilu: Testigo de Jehová. (le digo a mi vecina) Vende fé. Fé en lo barato.

- Comercialito: jajaja (si que son risas de lata, si...) Bueno, veo que hoy no te interesa, perdona haberte molestado, ¿eh?. Ya vuelvo otro día si eso...

- Marilú: Tu mismo, hermoso.

El comercialito se da la vuelta dentro de su traje dos tallas más grande y segundos después oigo el ruido del ascensor... Cómo corre el jodío.
Sopeso la idea de ladrar como un perro, pero como ya no puedo verle asustarse, no tiene gracia, así que me despido de mi vecina y cierro la puerta.


Silencio.
Ruido de llaves al otro lado de la pared.
Mi vecina esta ahí.
Sé que se esta riendo del comercialito... sé que probablemente también se está riendo de mí... me da igual, es mi vecinica omnipresente.


Moraleja: nunca llames a una puerta, "Billy el rápido", si no corres a la velocidad que disparas.



Autor
Marilú Casas

8 comentarios:

  1. Malditos roedores... es la segunda vez que vienen con esa estrategia. Me tienen contento. Creo que va siendo hora de poner algo más amenazador que el gladius en el recibidor... suerte tuvo de que yo estuviera currando...

    ResponderEliminar
  2. Me parece prepontente menospreciar a las personas por intentar hacer el trabajo que hoy les da de comer. Y más aún intentar salvar a tu vecina de los Testigos de Jehová, ¿acaso te han hecho daño de algún modo?, ¿eres dueña de la fe de tu vecina?

    ResponderEliminar
  3. ¿tu quien eres?
    que quien eres tu
    de echo pude ver
    Bien echo.
    ¿Como?
    oimos
    ¿que tal?
    ¿que? ¿vendiendo algo?
    Como corre el jodío.

    Te lo pongo por aquí, que no encuentro una manera menos pública de hacerlo. Vigila tu ortografía. Leer dos hechos sin H, Hace daño. Los acentos creo que se pueden, de alguna forma, pasar por alto.
    Te he puesto algunas de las frases que tienen faltas en acentuación (la de cómo corre el jodío, es por el cómo). Siento si es un poco agresivo, pero tus lectores te agradecerán que lo corrijas.

    En cuanto a Ramón Menor, está claro que todos tenemos que comer, pero eso no da derecho a nadie a asaltar la intimidad de nuestra casa, mentirnos y querer ser atendidos a cualquier precio. De hecho (;)), bastante educada ha sido la criatura, atendiéndole.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Txino, me pongo a corregirlo.
      La verdad es que como soy disléxica se me pasan cientos de faltas, sobre todo las tíldes.
      No me molesta que alguien me las señale desde fuera, porque si no, no las veo... y el corrector ortográfico no parece ser muy bueno

      Eliminar
  4. Hay personas que merecen ser menospreciads por el trabajo que han elegido hacer. Especialmente si este implica molestar, estafar y engañar. Que yo sepa aun somos libres de mandar a tomar por culo nuestro trabajo si no estamos de acuerdo con su ética.

    ResponderEliminar
  5. Si me permites corregirte: "bien hecho" "de hecho" "Partiendo del hecho"
    yo ECHO la basura
    el HECHO es que no se tira sola :)

    ResponderEliminar